Ruta de Santa Teresa por la Comarca del Condado
Fundación MALAGÓN – Guía Turística de Toledo |
RUTA DE SANTA TERESA
Una de ellas cuenta que hace mucho tiempo, San José y Santa Teresa coincidieron por estas tierras, concretamente en el cerro de Los Candilonares, mu cerca de Venta de los Santos (¿quizás de ahí el nombre?). Allí mismo, El Carpintero libró la Santa de caer por un despeñadero.
El hecho es notorio entre los ancianos del lugar. Pero Vayamos al principio de la historia.
Santa María de los Olmos – Torre de Juan Abad (Ciudad Real) |
16 de febrero de 1575, Miércoles de Ceniza, en la parroquia de Santa María de los Olmos en Torre de Juan Abad, un grupo de nueve monjas reciben las cruces en sus frentes y emprenden el viaje, al frente del grupo Teresa de Cepeda y Ahumada, reformadora del Carmelo, escritora mística, Doctora de la Iglesia y Santa. Se dirigen a Beas de Segura para realizar una de aquellas fundaciones de la Regla. De la Torre a Beas solo siete leguas, que serían nueve por lo abrupto del terreno, llegarían pues, al caer la tarde.
Venta Nueva |
Entraron en la provincia de Jaén por el sitio de Venta Nueva. A partir de aquí, según contó luego Ana de Jesús, componente de la expedición, los carreteros perdieron el rumbo, de manera que no sabían por dónde iban. Tan perdidos estaban que, por consejo de Teresa, se encomendaron a San José, y fue terminar la oración, comenzó, … desde una hondura muy honda, a dar grandes voces un hombre, que en la voz parecía anciano, diciendo: ¡Teneos! ¡Teneos, que vais perdidos y os despeñareis si pasáis de ahí! A continuación les indicó la manera de proseguir el viaje por un itinerario más adecuado.
Ya en el camino bueno, algunos quisieron buscar a la persona que tanto bien les hizo, pero pronto volvieron desanimados por no haberle encontrado, la Santa les dijo: dejadle, que era mi Padre San José y no le han de hallar.
Hasta aquí el percance milagroso, que como queda dicho ocurrió en el cerro de Los Candilonares. Traspuesta ya la Venta Nueva unos cuatro kilómetros, el Camino Real cruza el de Venta de los Santos, que por Las Minas del Roblear fenece en el río Guadalmena, cerca de allí se encuentran las riscas llamadas de Guadalinfierno, que muy bien pudieron ser los riscos altísimos y la hondura muy honda de que habla Ana de Jesús.
ESTANCIA EN BEAS
Después del milagro, dicen que las mulas aligeraron el paso y por un camino llano, dejando a su derecha el cerro de Los Santos, y a la izquierda los Baños del Pipe, siguieron por la margen del arroyo Porrosa hasta el Guadalimar, y llegaron antes de lo previsto a Beas de Segura.
Convento de las Carmelitas Descalzas. Beas de Segura – Foto: Jesús Molina Guerrero |
Desde allí, en otra etapa de la expedición, el 18 de mayo del mismo año, otro miércoles, iniciaron las fundadoras el viaje hacia Sevilla, cuya ruta les haría recorrer de este a oeste las tierras de El Condado.
Salieron cerca del mediodía, la primera jornada de cinco leguas, hasta Santisteban del Puerto. Según la Santa,… el camino discurría por un paisaje delicioso, de montes y valles bermejos matizados de jaramago, campanillas y variedad de flor silvestre, que con el aroma de los tomillares, jaras y romerales se metía en el alma.
Puente Mocho – Jaén |
Después de cruzar el puente sobre el Guadalimar, tomaron el Camino Real, por Camporredondo hacia Castellar. Sestearon en una floresta en la que la Santa se deshizo dando gracias a Dios por las flores que allí había y el canto de los pájaros. Esto debió ser en la fuente que llaman del Portichuelo, muy cerca de Castellar.
Vega de Santisteban del Puerto – Jaén |
Continuaron después su camino hasta Santisteban, donde llegaron para hacer noche. Santisteban era lugar de 350 vecinos, en medio de dos cerros grandes e redondos, e en puerto de la Sierra Morena; en los cuales cerros en cada uno de ellos había dos fortalezas muy grandes e fuertes armados sobre peñas bermejas… Así lo describe el Padre Efrén de la Madre de Dios.
Al mismo pie de esos cerros y justo enfrente de la Venta de San Andrés existió una ermita, en la cual Santa Teresa decidió pernoctar,…a ratos rezando y a ratos descansando sobre las frías y duras losas de la iglesia, bien alegres, aunque con poco regalo, despojadas aun de lo muy necesario…; según nos cuenta María de San José, otro miembro de la expedición.
Ruinas de la Ermita de San Andrés – Santisteban del Puerto – Jaén |
Madrugaron mucho y al amanecer tomaron el camino hacia Linares. Siguiendo la Vía Augusta romana, dejaron a su izquierda como a cuatro tiros de ballesta las Navas de San Juan y andadas unas cuatro leguas más toparon con la Venta de los Arquillos por donde se perdieron, vadeando el Guadalén y el Guarrizas camino de Linares.
El penoso camino de carretas y muchas leguas de entonces, coincide casi totalmente con el trazado de la carretera actual, y por lo tanto el recorrido podemos realizarlo en poco menos de quince minutos.
Pero yo propongo que lo hagáis despacio, pausado, parando en los ocho pueblos que forman la comarca del Condado. Venta de los Santos, Montizón y Aldeahermosa, tres rosas de las Nuevas Poblaciones que fundara Carlos III; Chiclana de Segura, como un barco de piedra, anclado allá arriba en las nubes; Sorihuela de Guadalimar, la mejor romería, la de Santa Quiteria en el Cerrico Pelón; Castellar, cuna y santuario de los íberos; Santisteban del Puerto, la romana Ilugo entre los tres cerros, melancólica y pensativa; Navas de San Juan, la estación Ad Morum; Arquillos, encrucijada de caminos; y Vilches que nos despide con las atalayas del Giribaile.
Tan solo sus nombres prometen aventuras nuevas con sabores antiguos.